miércoles, 6 de abril de 2016

INSEMINACIÓN ARTIFICIAL

(Agosto 2013: 30 años) Tras la decepción llevada con los resultados dados por nuestro ginecólogo, decidimos que era hora de empezar a investigar por las diferentes clínicas de reproducción asistida en Sevilla. Antes de acudir a ellas, decidí acercarme a mi ambulatorio, ya que había oído que para que te hicieran un tratamiento de fertilidad por la Seguridad Social había listas de espera de 2 años. Pues bien, pedí cita con mi médica de cabecera, y le comenté qué es lo que me ocurría, que llevaba más de 1 año sin conseguir embarazo después de un embarazo ectópico. Me derivó al especialista  en cuestión (ginecólogo) y él era el que tenía que valorar mi situación.

Me llegó la cita a mi casa casi al mes de solicitarla. Fui a su consulta, me hizo un reconocimiento general y directamente me derivó a Reproducción Humana del Hospital Macarena.

También casi al mes (octubre de 2013) me llega la cita del Hospital Macarena. Una vez allí me mandan de nuevo las mismas analíticas que me mandó mi ginecólogo, (análisis de las hormonas entre el 2º y 5º día de regla y en el día 20 del ciclo), aparte de alguna de transmisión sexual, como la hepatitis B. Además tenía que hacerme ecografías en esos días para ver cómo evolucionaba mi útero en mi ciclo normal. Aparte de esto, a mi marido le mandan otro análisis de semen y también analíticas.

Fui a hacerme la ecografía en el 2º día de mi ciclo y fue todo normal. El problema me surgió cuando en el día 20 del ciclo me vieron un pequeño quiste en mi útero, cosa que no me habían visto nunca, por lo que decidieron hacerme una analítica para que me midieran mis indicadores tumorales . El susto fue tremendo, hasta que llegaron los resultados. Fue falsa alarma. Por lo visto, la mayoría de las mujeres generamos pequeños quistecitos todos los meses en el útero, los cuales vamos desechando con la regla. Por eso hay que revisarse de vez en cuando, porque hay veces que esos quistes no desaparecen y se pueden convertir en tumores.

Una vez pasado este mal trago, en Diciembre 2013 ya teníamos todos nuestros resultados de las analíticas. Por mi parte, los niveles hormonales, serología y hemograma, estaban dentro de la normalidad. El problema surgió con los resultados de mi marido. Su analítica también le había salido normal, en cambio, su análisis del semen había sido un fracaso. Le diagnostican oligoazoospermia, es decir, una baja calidad del semen. De hecho, el ginecólogo me preguntó si cuando tuve el embarazo ectópico fue con él, porque no se creía que me hubiera quedado embarazada con él….imaginaos la cara que se me quedó… (al final del post os copio una definición de la oligoazoospermia)

Decidieron derivarnos directamente a Fecundación in Vitro del Hospital Virgen del Rocío, ya que, según este ginecólogo, con el esperma de mi marido no era posible intentar Inseminaciones Artificiales, porque tenía menos cantidad de lo que se necesita para ese tratamiento. Pregunté que cuanto tardaban en llamarnos para que nos citaran allí y me comentan que año y medio…Salimos de allí derrumbados, tristes y sin saber qué hacer.

Pues bien, como teníamos algún ahorrillo y no queríamos perder la esperanza en intentarlo decidimos acudir a una clínica privada de reproducción. En aquella época pensé que el tratamiento de la Seguridad Social lo iba a usar para el segundo embarazo….de ilusiones siempre se vive…

Llamé a 2 clínicas de reproducción, IVI y GINEMED (Clínicas que me había recomendado mi Ginecólogo). En GINEMED, la primera consulta era gratuita, y en IVI la primera consulta costaba 100,00 euros. Nos decidimos por IVI, me dejé llevar por su publicidad la cual decía que eran las mejores a nivel nacional, y  me dije, seguro que de aquí consigo algo.

Tuvimos nuestra primera cita, y le contamos tooooda nuestra historia. Nos mandan de nuevo innumerables analíticas, casi las mismas que ya nos habían hecho cada vez que decimos que estamos buscando embarazo. Y por supuesto una análisis del semen de mi marido. Como novedad, nos mandan que nos realicemos el análisis del cariotipo (análisis del ADN), fibrosis quística y a mí la hormona antimulleriana (recuento reserva ovárica).

Menos mal que teníamos seguro médico privado y casi nos  realizaron sin coste la mayoría de las analíticas, digo casi, porque por ejemplo, para realizarme el análisis de la hormona antimulleriana tuve que pagar cerca de 80 euros y mi marido tuvo que pagar por el análisis de la fibrosis quística unos 60 euros…

El resultado de esas hormonas tardaba un mes en obtenerse, por lo que hasta Febrero del 2014 no volvimos a ir a la consulta.

En la consulta nos comunican los resultados, todos muy bien, incluso hasta el semen de mi marido. Nos dijeron que no tenía una calidad del 100% pero era suficiente para realizar una Inseminación Artificial… Nos alegró la  noticia, porque a mí me daba mucho miedo pasar por un quirófano para la FIV, y si me podía ahorrar el sufrimiento mejor. Pero por otro lado, nos dio desconfianza, ya que en el Hospital Macarena nos dijeron que la calidad era muy pésima para una IA, entonces pensamos que nos querían sacar el dinero…pero los resultados estaban ahí, tenía suficiente para realizar una IA.

Pues nos mandaron el tratamiento para ponernos manos a la obra (precio de una IA: 1.055,00 Euros). Teníamos que esperar mi regla para empezar, e ir allí para controlar mi útero con la regla entre el 2º y 5º día. Pasaron los días y por fin llegó la regla (Marzo de 2014) y empezamos con el tratamiento: PUREGON 300 (600 EUROS), pinchazos durante 10 días en la barriga a la misma hora. Para mí súper desagradable,  por lo que necesitaba a mi marido para que me pinchara. Fuimos al control del tratamiento a los 15 días y vimos mediante el ecógrafo que el ovario que me estaba ovulando era el derecho (el que no tenía trompa),  por lo que si no había trompa, ¿cómo iba a llegar el espermatozoide a mi Ovario para fecundar el óvulo?...me dijeron que había una pequeña probabilidad que mi trompa izquierda se desplazara hacia mi ovario derecho para llevar los espermatozoides, pero teniendo en cuenta que la probabilidad de éxito de una IA era de un 15%, en mi caso, era casi imposible….Entonces decidimos cancelar el tratamiento.

Después del tratamiento con PUREGON (pinchazos) tardó en aparecerme la regla de nuevo y ya no la vimos hasta principios de Mayo. Empezamos de nuevo, controles ecográficos, pinchazos diarios (otra vez PUREGON, otros 600 euros), y de nuevo otra vez el día en el ciclo que se ve qué ovario está ovulando…de nuevo el ovario derecho….¿cómo podía ser que me ovulara 2 veces el mismo? Pues por lo visto, es posible…
La ginecóloga de IVI me dijo que había probabilidad de embarazo y que tenía que intentarlo, y yo acepté por si había una pequeña posibilidad de no hacerme una temible FIV.

Me programaron la IA el 3 de Junio de 2014 y el día anterior me tuve que administrar otro pinchazo, OVITRELLE (50 euros) para facilitar la ovulación.

Pues llegó el ansiado día de mi primer tratamiento de fertilidad; mi primera y única Inseminación Artificial. Al no necesitar quirófano podías hacértela a la hora que mejor te viniera, y como yo en aquella época estaba trabajando a turno partido, decidí hacérmela a medio día, para después irme a trabajar…por una IA no te suelen recomendar reposo. A mi marido lo citaron unas horas antes que a mí para que dejara allí la muestra y la pudieran procesar para cuando yo llegara y estuviera lista. Llegué a la clínica a las 3 de la tarde, después de la interminable espera en la sala de la clínica, me llamaron para “la función”.

Me tumbaron en la camilla ginecológica, tal como una revisión y con un tubito me inyectaron el esperma de mi marido dejándolo en el inicio de mi trompa izquierda (ovulándome el ovario derecho). Me dejaron en reposo unos 30 minutos, esperando un milagro, ya que la trompa se tenía que desplazar del lado izquierdo al derecho…Una vez pasado el reposo, me comunican que me tengo que hacer la analítica en sangre de la prueba de embarazo (mi primera BETA) para el 19 de Junio ( a los 15 días).

Pues bien, en esos 15 días tenía que actuar como si estuviera embarazada, teniendo mucho cuidado con todo, sin realizar grandes esfuerzos, sin coger peso, ni tomar una pisca de alcohol, aunque yo no bebía demasiado, pero unas cervezas o algún vino tomaba de vez en cuando.

En esos días de espera (la famosa betaespera), tuve como una especie de gastroenteritis con grandes vómitos, por lo que ya era evidente cual iba a ser el resultado…

Por supuesto no llegué al día 19 sin más, dos días antes me apareció mi enemiga, la dichosa regla….no me lo podía creer, esto no podía pasarme a mí…aunque yo era muy negativa con el tratamiento de IA, siempre me quedaba alguna pizca de esperanza (por eso el nombre de mi blog). Llamé a IVI, y me dijeron que me hiciera la beta para comprobar que eso era regla, porque por lo visto se puede sangrar como la regla  y estar embarazada y sin enterarse… (Que me lo digan a mí con mi 4ª FIV que ya os contaré en otro post). Me realicé la prueba y como era de esperar la beta salió negativa. ¡Qué dolor!, ¡qué sufrimiento!, ¡qué de lágrimas!…pero había que seguir luchando…






“La oligozoospermia, también denominada oligospermia, se refiere a la baja calidad del semen en cuanto a la cantidad de espermatozoides.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son considerados normales valores iguales o superiores a 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen eyaculado. Niveles inferiores implican un problema de fertilidad.
Aunque bien es cierto que dependiendo de la cantidad de espermatozoides presentes, existen distintos grados de oligospermia que van de leve, moderada a severa. No esta tan importante esta clasificación en tipos, puesto que deberían realizarse pruebas de varios eyaculados para poder clasificarlo correctamente, ya que el rango en este caso no es muy grande.

Diagnóstico oligospermia
La oligospermia no produce ninguna manifestación clínica, los hombres son capaces de mantener relaciones íntimas sin problemas y eyaculan de forma completamente normal. Es en el momento en el que desean tener un hijo cuando, tras no conseguirlo, se realizan pruebas y se diagnostica esta alteración.
Para comprobar el estado de la fertilidad en el hombre se debe realizar una prueba denominada seminograma, en la que se evalúa la calidad del semen. Para que el resultado de esta prueba tenga un valor diagnóstico es necesario que el hombre acuda al análisis con un tiempo de abstinencia de entre 3 y 5 días.
Se recoge el eyaculado y se analiza bajo el microscopio distintos parámetros sobre los espermatozoides. La OMS publicó unos valores de referencia sobre calidad seminal, en cuanto a la concentración de espermatozoides se considera que para no tener ninguna alteración un hombre debe presentar al menos 15 millones de espermatozoides. Todos los valores que estén por debajo de este nivel de referencia se diagnostica como oligospermia.

 

Conseguir el embarazo

Aunque la oligospermia origina infertilidad masculina, estos hombres son capaces de producir espermatozoides y expulsarlos en el eyaculado, por lo que con ayuda de la reproducción asistida pueden conseguir ser padres.
Dependiendo del grado de oligospermia y si está acompañada de otra alteración, el especialista recomendará una técnica de reproducción asistida u otra. Los tratamientos más recomendados son FIV o ICSI. Ambas técnicas comparten parte del procedimiento, es necesaria una hiperestimulación ovárica para obtener un mayor número de óvulos, se extraen por punción folicular y posteriormente se realiza la fecundación en el laboratorio.
La fecundación in vitro o FIV convencional consiste en poner en contacto directo a los espermatozoides con buena movilidad junto con los óvulos que han sido extraídos en la punción folicular. Mientras que en la técnica ICSI, el especialista selecciona al espermatozoide idóneo y lo introduce con una micropipeta en el interior del óvulo, con este paso queda asegurado que el espermatozoide entre en el óvulo, no se produce el fallo de fecundación.
Durante unos días los embriones se desarrollarán en las mejores condiciones del laboratorio hasta el momento de la transferencia embrionaria, donde el embrión (o embriones) de mejor calidad se transfieren a la mujer, esperando que consigan implantar y se produzca el embarazo.
Mediante estas técnicas es la forma más probable de que un hombre con esta alteración sea padre, aunque es cierto que como expulsa espermatozoides de forma natural en su eyaculado, no es imposible conseguir el embarazo de forma natural, aunque las probabilidades son mucho menores.”



1 comentario:

  1. Desde luego este proceso es muy duro..pero no hay que perder la fe!! Yo voy a empezar este mes con mi segundo ciclo de FIV en una clínica de reproducción asistida en Zaragoza a ver qué tal!!

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