SEMANA 6
En plenas Navidades, no se me
ocurre otra cosa que resfriarme con 38 de fiebre. Me sentía fatal, pero no me
tomé nada para remediarlo. Cuando me hice la transferencia de embriones, la
enfermera del hospital me comentó que si me dolía la cabeza o tenía algún dolor
durante la betaespera, me podía tomar Paracetamol, y me acordé de su
recomendación. Estuve a punto de tomármelo, pero antes me aseguré buscando
información en Internet. En algunos sitios te lo recomendaban, pero otros decía
que había estudios en los que el Paracetamol podría perjudicar al
embrión…Entonces llegué a la conclusión que si había sólo una persona que le
había perjudicado su embarazo por tomarse paracetamol, yo no me iba a someter
al riesgo. Por lo que decidí aguantarme, y esperar que mis anticuerpos se
defendieran solitos de los virus o las bacterias. Me duró el resfriado unos 4
días aproximadamente, menos mal que estaba de vacaciones y no tenía que
madrugar para ir a trabajar, si no, no sé cómo hubiera sobrevivido.
Durante los días que estaba
resfriada, tenía mucha tos, y cada vez que tosía notaba cómo los ovarios me
decían: “Aquí estamos”. Sentía unos pinchazos fuertes, pero soportables, y el
dolor pasaba rápido. Esto era mi gran preocupación. ¿Estaré perjudicando a “mi
bichito” con tanta tos? ¡Qué angustia!.
Por supuesto esperando la semana siguiente, para que me hicieran la
ecografía y ver que todo iba correcto y si además lo podía escuchar, pues mucho
mejor.
En cuanto a los síntomas, no aparecieron.
Ya me creía un poco más que estaba embarazada desde que fui al ginecólogo, pero
no del todo, porque al no notarme nada de nada, parecía todo un sueño. Ni
mareos, ni fatiga…nada.
SEMANA 7
Por fin llega la semana 7. Ya me
tocaba ir con mi ginecólogo de la Consulta privada y con el ginecólogo del Hospital
Virgen del Rocío.
28 de Diciembre. Consulta del
ginecólogo de la consulta privada. Empieza a observar los resultados de mi
analítica que me recetó en la semana 5, y comprueba que está todo bien, salvo
el “tiroides”. Nunca, en mi vida, había tenido problemas con el tiroides, y por
lo visto vio que estaba levemente por debajo de lo recomendado, por lo que me
recetó una pastilla al día de Eutirox de 25 microgramos (otra pastilla, con
esta eran 9 las que me tomaba, entre el ácido fólico, la progesterona y la
aspirina de 100). Por lo visto me voy a tener que estar tomando esta pastilla
hasta el final del embarazo, porque dicen que tener bajos niveles puede
provocar un parto prematuro, entre otras cosas…( al final del post, copio
información sobre problemas con el Tiroides).
Pues bien, una vez visto los
análisis, me dice que vaya al ecógrafo para inspeccionarme (deseando qué
estábamos). Aquí os muestro mis ecografías:
Me la hace vaginal, y me dijo que
se “intuía un embrión”…..y yo me
dije ¿cómo que se intuye? ¿No se ve bien del todo? El miedo empezaba a
invadirme…Entonces decidió hacérmela abdominal y es en esta posición donde pudo
verlo claro. Me confirmó que ahí estaba. Era uno sólo. De repente escucho una
pulsaciones y pienso que eran las mías, pero al verle la cara sonriente a mi
marido pude comprobar que ese sonido no lo hacía mi corazón, lo hacía nuestro
ser, nuestro embrión. ¡Qué sensación! ¡Qué bonito de sentir!, El ecógrafo
mostraba un ser dentro de mí y yo sin darme cuenta de nada.
Cuando terminamos el maravilloso
momento, nos cita para la semana 12 del embarazo, pero antes me receta la
ecografía doppler. Ésta ecografía es para poder descartar posibles
malformaciones de la espina dorsal y junto con una análitica (screening o
cribado), comprueban la probabilidad de detectar posibles alteraciones
genéticas en el feto.
Salimos de la consulta, felices,
y emocionados de haber escuchado nuestro corazoncito. Pero aún con
precaución, ya que es en el primer trimestre cuando más riesgo de aborto
existe. No estábamos aún pletóricos, habíamos pasado mucho, y el miedo estaba
ahí.
A los dos días, nos tocaba
revisión, la última revisión en el Hospital Virgen del Rocío, para hacernos prácticamente
lo mismo, pero en esta ocasión, vimos la imagen más nítida y las pulsaciones
más fuertes. No sabemos si es que en el Hospital tenían mejores medios, o es
que al haber pasado 2 días, todo había crecido y se escuchaba/oía con mejor
claridad. Nos confirman que tengo un embarazo perfecto.
Se despiden de nosotros hasta el
día del parto. Decían que hasta ahí era las revisiones de la consulta de
reproducción. Nos dan una encuesta para que la rellenemos cuando naciera nuestro
retoño y había que entregarla junto con una foto. Pienso que será para pegarla
en el tablón de corcho junto con los demás bebés nacidos allí. Entonces me
dijeron que a partir de ese momento me tenían que seguir en mi ambulatorio,
pidiendo cita con la matrona, y era ella la que me iba a ir guiando.
SEMANA 8 Y 9
Pasan los días y yo hago mi vida
normal, sin notar nada diferente en mi cuerpo. Sólo hubo una noche que me
dieron ardores, con un leve dolor debajo del pecho, pero creo que fue por algo
que comí y no me sentó bien, concretamente, me comí unos rábanos crudos (me
encantan) y pienso que eso para mi pequeñajo era demasiado fuerte y no le gustó…J.
Aún me seguía doliendo cada vez que tosía o estornudaba...los ovarios seguín estimulados.
Semana 10
Tengo cita con la matrona en mi ambulatorio.
Me pesa (ya había puesto 3 kilos…me estoy pasando con la vida tranquila…), me
mide la tensión, me preguntó cuánto medía, y me realizó preguntas sobre
enfermedades anteriores y familiares. Una vez que acaba con la batería de
preguntas, me da 3 citas, una para hacerme la analítica del primer trimestre
(ya me la había hecho por el privado), otra para recoger el resultado y la
última con el ginecólogo.
Me entrega un libro denominado “consejos
de la matrona” y me dice, hasta la próxima...
Me creía que iba a escuchar de
nuevo el corazoncito, pero no fue así. Mi primera impresión de la visita de una
matrona no ha sido muy buena. Mi impresión fue de pérdida de tiempo. Mi marido
me acompañó, pero decidimos que en realidad, él no hacía falta en estas
consultas, porque no se veía nada nuevo ni nos dijo nada nuevo.
Información sobre problemas con la tiroides durante el embarazo:
“Embarazo Normal
¿Cuáles son los cambios en la
función tiroidea normalmente asociados con el embarazo?
Cambios hormonales. Un
embarazo normal trae consigo una serie de cambios fisiológicos y hormonales que
alteran la función tiroidea. Esto significa que las pruebas de laboratorio de
la función tiroidea deben ser interpretadas cuidadosamente durante el embarazo.
Las pruebas de función tiroidea cambian durante el embarazo debido a la
influencia de dos hormonas principales: la gonadotropina coriónica humana
(HCG), la hormona que se mide en la prueba del embarazo y el estrógeno, la principal
hormona femenina.La HCG puede estimular la tiroides en forma leve y los niveles
altos circulantes de HCG en el primer trimestre pueden resultar en una TSH
ligeramente disminuida. Típicamente, la TSH en el primer trimestre estará
normal o ligeramente baja y luego permanecerá normal durante el resto del
embarazo .
El estrógeno aumenta la cantidad de proteínas
ligadoras de hormona tiroidea en el suero, lo cual aumenta los niveles totales
de hormona tiroidea en la sangre, ya que más del 99% de estas hormonas en la
sangre están unidas a estas proteínas. Sin embargo, la medición de hormona
“libre” (la que no esta unida a proteínas, que representa la forma activa de la
hormona) generalmente permanece normal. La tiroides funciona normalmente si la
TSH, la T4 libre y la T3 libre están todas normales durante el embarazo.
Cambios de tamaño. La
glándula tiroides puede aumentar de tamaño durante el embarazo (tiroides grande
= bocio). Sin embargo, los bocios asociados con el embarazo ocurren con mucha
más frecuencia en las áreas del mundo donde existe deficiencia de yodo. Es
relativamente poco común en los Estados Unidos, país que se considera
relativamente suficiente en yodo. Si se utilizan técnicas de imagen muy
sensibles (ultrasonido), es posible detectar un aumento en el volumen de la
glándula tiroides en algunas mujeres. Generalmente este aumento es de 10% a 15%
y no es aparente en el examen físico hecho por el médico. Sin embargo, a veces
puede desarrollarse un bocio significativo que haga que el médico solicite
pruebas de función tiroidea.
¿Cuál es la interacción entre la función tiroidea de la
madre y el niño?
Durante las primeras 10 a 12 semanas del embarazo, el bebé
depende completamente de la madre para la producción de hormona tiroidea. Al
final del primer trimestre, la tiroides del bebé comienza a producir hormona
tiroidea por sí sola. El bebé, sin embargo, sigue dependiendo de que la madre
ingiera suficiente cantidad de yodo, el cual es esencial para la producción de
hormonas tiroideas. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo
de yodo de 200 microgramos al día durante el embarazo para mantener una
producción adecuada de hormonas tiroideas. La dieta normal en los Estados
Unidos contiene suficiente yodo, de modo que rara vez es necesario tomar
suplementos de yodo.
Hipertiroidismo y Embarazo
¿Cuáles son las causas más frecuentes de hipertiroidismo
durante el embarazo?
En general, la causa más común (80%-85%) de hipertiroidismo
materno durante el embarazo es la enfermedad de Graves y ocurre en 1 de cada
500 mujeres embarazadas. Además de otras causas usuales de hipertiroidismo
(véase el
folleto de Hipertiroidismo), niveles
muy altos de HCG, los cuales se ven en las formas severas de nausea matutina ,
pueden producir hipertiroidismo transitorio. El diagnóstico de hipertiroidismo
puede ser algo difícil durante el embarazo, ya que el centellograma de tiroides
con I123 está
contraindicado durante el embarazo debido a la pequeña cantidad de
radiactividad, la cual se puede concentrar en la tiroides del bebé. En
consecuencia, el diagnóstico está basado en una historia cuidadosa, examen
físico y pruebas de laboratorio.
¿Cuáles son los riesgos de la enfermedad de Graves/
hipertiroidismo para la madre?
La enfermedad de Graves se puede presentar inicialmente durante
el primer trimestre o se puede agravar durante este tiempo en la mujer que
sufre de este trastorno. Además de los síntomas clásicos asociados con el
hipertiroidismo, el hipertiroidismo materno tratado de forma inadecuada puede
resultar en parto prematuro y en una complicación seria conocida como
pre-eclampsia. Además, las mujeres con enfermedad de Graves activa durante el
embarazo tienen un mayor riesgo de desarrollar un hipertiroidismo muy severo
conocido como tormenta tiroidea. La enfermedad de Graves generalmente mejora
durante el tercer trimestre del embarazo y puede empeorar en el período del
post-parto.
Bueno, estoy intrigada, siguió todo bien?!!
ResponderEliminarBuenas noches.
ResponderEliminarAcabo de leer tu comentario. Hoy he actualizado el blog.
Muchas gracias por seguirme. Actualmente me encuentro estupendamente, deseando de hacerme la siguiente eco, en la semana 18. En esta eco, espero que ya me digan el sexo del bebé.
Como siempre, me ha hecho mucha ilusión que me hayas escrito.
Te deseo lo mejor, y espero que no hayas pasado por lo que he vivido al principio.
Un abrazo enorme, y de nuevo gracias por estar ahí.