Desconectada de todo lo
relacionado con tratamientos artificiales, a finales de Agosto me suena el
teléfono. Era la llamada de la Lista de Espera del Maternal del Virgen del
Rocío. Cuando escucho quién era, me dije: “No ahora no, no quiero volver a
pasar por ahí de nuevo”. Estaba concienciada que hasta principios de año no me
iban a llamar porque un día llamé para preguntar por dónde iba la lista de
espera y me dijeron que lo más seguro que me llamarían para principios de año.
La lista se había retrasado bastante y decidí que era lo mejor, más tiempo de
desconexión en ese tema. La llamada era para preguntarme cuándo había sido mi
última regla porque se le había quedado un hueco en quirófano, y si yo cuadraba
con el calendario, me “colaban”. Le dije el día que me había venido, y me dijo
la enfermera que NO le venía bien en el calendario, que tenía que seguir
llamando a más pacientes, que ya me llamaría cuando me tocara… Sensación de
alegría y pena al mismo tiempo: alegría porque no estaba preparada para luchar
de nuevo, y pena, porque se había escapado una oportunidad de volver a
intentarlo de nuevo.
Pues sigo con mi vida y a
mediados de Octubre, otra vez me vuelven a llamar del Maternal. Me vuelve a
preguntar sobre el día de mi última regla y le contesto que el “3 de Octubre”, y espero la respuesta
comunicándome que tampoco le cuadraba en el calendario….pero la respuesta fue:
“perfecto, ¿puedes venir mañana a las 9 de la mañana, con tu marido?...Los dos
estamos trabajando y tenemos que pedir permiso de un día para otro…La enfermera
me comenta que si no podemos, que pasa a la siguiente…Me dije que ya era mi
momento, que era hora de empezar de nuevo, era hora de volver a la carga. Ese
mismo día empecé a tomarme por mi propia iniciativa, ácido fólico, 500 mg de
vitamina C y vitamina D.
19 de Octubre de 2016 (Control de
Regla: CR): Consulta con el ginecólogo. Le comento todo lo ocurrido en la
clínica privada. Le comento que me habían hecho un tratamiento diferente al que
me hicieron en el Hospital para estimular la ovulación, (en Embryocenter me
hicieron un ciclo largo y en la Seguridad Social, un ciclo corto) y que me
habían fecundado 9 embriones de muy buena calidad. El ginecólogo se quedó
extrañado que de los 8 que me pusieron no se hubieran quedado ninguno. Me hace ecografía, ve que está todo correcto, nos
recetan analíticas a los dos, y que empezara desde ese mismo día con los
pinchazos!!! ¡¡¡Qué rápido todo!!! Me receta Procrin 0,1 ml al día y a la misma
hora, a las 8 de la mañana.
La función del Procrin es la de detener el funcionamiento de los
ovarios. En el protocolo largo de FIV, se comienza a administrar en
la fase lútea del
ciclo anterior al de la estimulación. Resulta un poco contradictorio que, si quiero estimular mis ovarios, comiencen administrándolo
una medicación que les quita su función. Esto es así porque pasarán a ser
controlados con el resto de medicación que comenzaré a inyectarme posteriormente
y así se evitará una posible ovulación espontánea. Así que, resumiendo, la
función del Procrin es la de detener
el funcionamiento de los ovarios y por tanto, evitar una ovulación espontánea.
El tratamiento me lo tengo que
poner hasta el 10 de Noviembre. Me van a realizar un ciclo largo, ya que con el
corto que me hicieron allí, no fue muy bien. Me comunicó (información que ya
sabía) que los embriones conseguidos allí en el primer intento, tenían calidad
B y otros C, es decir, de muy baja calidad, y que esperaba que con este nuevo
tratamiento mejoraría el resultado. Además ya me da el informe para que en
“Admisión del Hospital” vaya a solicitar cita para realizarme las ¡¡pruebas de anestesia,
para realizarme la punción!!
Salimos de la consulta y derechos
a Admisión para que nos dieran cita para las pruebas de la anestesia (7 de
Noviembre). Después nos dirigimos a la farmacia a comprar lo que nos había
recetado. No recuerdo bien cuánto nos cobraron en la farmacia, pero sé que a los 6 euros no llegó (Procrin
cuesta alrededor de 30 euros).
Pues nada, a empezar con los
pinchazos, con el pánico que me dan…pero da igual, hay que intentarlo. Estoy
concienciada que ésta es una de mis últimas oportunidades, si no lo consigo,
tampoco es el fin de mundo, tendría que plantearme la vida de otra manera…o
mejor dicho, no me la tenía que plantear, lo único importante en mi vida era
vivir en paz y armonía junto a mi marido, y si nos teníamos que quedar solos,
es decir, sin hijos, pues adelante, otro tipo de vida diferente con la que
soñaba de pequeña, hay que saber adaptarse a lo que te va dando la vida. (El
tema de adoptar también me lo estaba planteando, pero cuando cumpliera más
años).
Llega el 10 de Noviembre (Control
Folicular: CF): En esta consulta comprueban los resultados de nuestras
analíticas y revisan cómo me han frenado la ovulación, si va todo correcto. Me hace la
ecografía una chica de prácticas, y me cuenta cuántos folículos tengo, aunque
aún no me están estimulando, pero es bueno controlar el número de folículos. En
esta cita el ginecólogo ya me receta el estimulador ovárico, (Pergoveris y
Folitropina Alfa). Los dos se podían preparar en una sóla aguja, y me lo tenía
que administrar entre las 8 de la tarde y las 10 de la noche. Además, me dice
que me tengo que seguir pinchando Procrin en menor cantidad: 0,05, así que
nada…”2 banderillas al día”, una por la mañana y otra por la noche. Así hasta
la próxima cita.
18 de Noviembre (Control de la
Estimulación: CE). El ginecólogo, con una ecografía, ve que tengo suficientes
folículos (unos 14) pero que no estaban con el tamaño adecuado para punzármelo
(tienen que llegar sobre unos 14 mm), por lo que decide citarme a los 3 días y
seguir con el mismo tratamiento para que sigan creciendo.
21 de Noviembre (2º Control de la
Estimulación: CE). De nuevo otra ecografía y ya comprueba que tienen el tamaño
adecuado. El ginecólogo me cita para los dos días posteriores para la temida
Punción Folicular. Me dice que esa misma noche me tengo que inyectar Ovitrelle,
para provocar la ovulación a las 36 horas (último pinchazo) y lavados con
Rosalgin día y noche hasta el día antes de la punción.
Al día siguiente (día antes de la
punción) tengo que hacer comidas blandas y no tomar nada después de las 12 de
la noche, ni tan siquiera agua…por ahí lo paso mal, porque suelo beber mucha.
Antes de acostarme me tengo que tomar un antibiótico (Azitromicina), para
evitar posibles infecciones en el quirófano y un tranquilizante (Alprazolam).
23 de Noviembre de 2016 (6º FIV,
3ª Punción: 34 años). Llegamos a las 8 de la mañana y mi marido tras estar de 3
a 4 días de abstinencia, deja su muestra
en el laboratorio, mientras un celador me sube a la habitación entregándome el
“pijama de enferma” para que me lo fuera poniendo. En la habitación coincido
con otra chica que iba para lo mismo que yo. Así pasaba más rápido los minutos
y horas de espera, charlando con la compañera de habitación. Llegan las 10 y
media. Entra un celador en la habitación y pregunta por mi compañera. Se la
llevan para quirófano….pufff que nervios….
Hasta las 11 y 45 de la mañana no
fueron a por mí, porque por lo visto
hizo falta el quirófano para una cesárea de urgencias, y tuvieron que parar las
punciones…Me bajan a quirófano y me llevo 30 minutos en la puerta, esperando a
entrar y escuchando todo el proceso de la anterior compañera, que casualmente
era la chica de mi habitación. Había una enfermera en la puerta y me puse a
hablar con ella para no pensar…me contó que ese día era su último día de
trabajo porque ya se iba a jubilar…y me dije, “pues hija….sé profesional hasta
última hora, por favor….”. También me
dio tiempo de hablar con el anestesista, que por cierto, fue el mismo que el
del año anterior y le dije que era muy amable y la verdad es que lo seguía
siendo. Me dio mucho ánimo porque le dije que muchas esperanzas no tenía porque
era mi 6ª FIV, pero que tenía que intentarlo. Él me animó y me dio esperanzas.
Entendía que todo era muy duro, y que hacía muy bien en volverlo a intentar. Me
deseó mucha suerte.
A los 30 minutos allí, me dicen,
“Ya puedes pasar”. Voy a pie tranquila, me subo en el potro y empiezo a
temblar. Me pinchan en la mano la vía para que pasara por allí la anestesia,
pero no lo consiguieron. La enfermera me había roto la vena y tenía que
intentarlo en otro sitio. Mis tembleques incrementaban, tanto por el dolor de
la mano, como la intranquilidad de no saber si aquello iba a durar mucho… Probó
en el brazo, donde se hacen las analíticas y “bingo”….fue entrando lentamente
la anestesia…Me quedo profundamente dormida.
A los 30 minutos pasa todo, me despierto en la
cama (ya me habían pasado del potro a la cama sin darme cuenta). Me llevan a la
sala de despertar y el chico que me empujaba la cama me dice: “La próxima vez
que te vea por aquí te quiero ver embarazada y en paritorio"…y le
contesté: “ojalá! Y me dice: ¿Cómo que ojalá?, seguro que sí”… Puede ser que
fuera el anestesista el que me lo dijo, pero como estaba dormida, no sé con
quién hablé.
En la sala de despertar estoy
unos 15 minutos, me miden la tensión, y comprueban que la tengo bien y deciden
subirme a la habitación con mi marido.
Subo sobre las 13:15 y sobre las
14 horas entra una enfermera a comunicarnos cuántos fóliculos han podido sacar.
16, 16 es el número de óvulos que me sacaron. Muy buena cantidad. Al día
siguiente tenía que llamar sobre las 12 de la mañana para saber cuántos me
habían fecundado y para que me dieran la cita de la Transferencia. Me mandaron
a casa con la única condición que tenía que orinar antes de irme, por lo que me
puse a darle buchitos pequeños a un vaso
de agua para que me entraran ganas de orinar y poderme ir de allí lo más
rápido posible.
Llego a casa sobre las 3 de la
tarde. Mi marido me prepara una comida exquisita y me quedo dormida casi toda
la tarde. Ese día sangro un poco, pero sin importancia.
Al día siguiente llamo al laboratorio antes de las 12 y me dicen que
de los 16, 11 óvulos eran maduros (5 inmaduros L)
y 9 de ellos habían sido fecundados…ufff…es buena cantidad, pero un poco menos
de la mitad de mis óvulos no han servido…a ver cuántos sobreviven…qué angustia…
Me cita para la transferencia en 2 días
(viernes). Y pienso que era muy pronto. Creo que me citan tan pronto
porque como los fines de semana no trabajan, adelantaron la transferencia,
dando igual cómo se encuentren mis ovarios y mi endometrio. Me da pena, porque pienso
que lo están haciendo demasiado deprisa todo…pienso que esto no puede salir
bien, porque no esperarán a que mis embriones se convirtieran en blastocisto
(estado justo antes de implantarse).
Me resulta muy rápido todo. Desde
el día de la punción, me tengo que suministrar 200 mg de progesterona
(Progeffik) cada 8 horas. No me receta parches de Estradiol, como en las
ocasiones anteriores…pues mejor, menos hormonas a mi organismo.
Llega el viernes, 25 de Noviembre
de 2016. Transferencia de 2 embriones. Voy a la consulta con la vejiga llena
pero sin aguantar demasiado. Bebo agua una hora antes de entrar en la consulta.
Recomiendan que vayas con la vejiga llena para que el espéculo se pueda dirigir
mejor al punto correcto del endometrio. Entro en la consulta, me subo al potro
y llega la bióloga con mis 2 embriones. Le preguntamos por la calidad, y nos
dice que son de muy buena calidad, calidad A, y que los 7 restantes han
sobrevivido…va todo muy muy bien, qué alivio.
Miramos a la pantalla del
ecógrafo y vemos como un puntito blanco se coloca en mi endometrio, ahí están
mis embriones. Deseando enormemente que me conozcan y no me rechacen, que no se
vayan de mi cuerpo sin más, quiero que se queden conmigo. Me dejan tumbada el
tiempo que la bióloga comprueba que el espéculo no ha quedado nada (menos de 5
minutos). Paso a consulta, y el ginecólogo me dice tiene preparada una pastilla
de Diazepan para que me lo tome ipsofacto. Me tenía que tomar 1 comprimido cada
12 horas, para evitar posibles contracciones uterinas. Me informan la cita de
la BETA para dentro de 15 días (9 de Diciembre) y durante 2 días reposo
relativo y después vida tranquila sin estrés y sin realizar grandes esfuerzo.
Me manda a una sala de espera para que estuviera tumbada durante 30 minutos y
una vez pasado ese tiempo, me podía ir a casa.
Espero los 30 minutos para ir al
baño, porque llevaba cerca de 2 horas sin orinar, y claro, con el miedo en el
cuerpo si se iban a irse mis embriones por el váter al orinar, pero en
realidad, si lo ponen en su sitio, es muy difícil que se “caígan”.
BETAESPERA
Con el diazepan los dos primero
días casi me los paso durmiendo, y con el miedo cada vez que iba a al baño…no
quería ver sangre, ni rastro. Así fue, no hubo nada.
Dejo el diazepan a los 3 días y
empiezo con mi vida normal, sin realizar grandes esfuerzos, siempre expectante
de mis braguitas, temía que tarde o temprano iban a estar manchadas.
Como anécdota puedo contar que a
los 5 días post transferencia tuve una buena llantera causada por un mensajero
que me había entregado la cesta de navidad de mi marido y no me la había subido
a mi casa, porque el porterillo no funcionaba, y me la dejó abajo. Le dije que
no podía levantar peso y me contestó que no pesaba nada (12 kilos para una
persona normal no es nada, pero en mi caso era una tonelada). Se fue y me quedé
sola con la caja. La moví dándole pataditas sin querer cogerla, hasta que la
monté en el ascensor y la arrastré hacia mi puerta. La dejé en la entrada, y
culpable me fui a la cama a llorar…Pensé que por culpa de ese gesto que realicé
podría perjudicarme en el proceso…
Los 15 días se viven con mucha
angustia, sin saber qué hacer para no perjudicarme en nada, mirándome las
braguitas cada vez que iba al baño…es un sin vivir…Por mucho que te digas, no
pienses en el proceso, es imposible, porque todo lo que te rodea tiene algo que
ver. Cada 8 horas hay que suministrarse progesterona, por las mañanas me tomaba
café descafeinado, bebía agua embotellada, todo relacionado con el proceso, así
que ¿cómo quitárselo de la cabeza?
Al día siguiente de la llantera
por lo de la cesta, empiezo a tener dolores menstruales, y lo pechos los tenía
hinchados…Otra llantera…me va a venir la regla…La esperaba para el fin de
semana. Llega el sábado, y con todo mi valor, me hago un test de embarazo (ya
habían pasado 8 días de la transferencia). Sé que era muy pronto, pero quería
ir saliendo de dudas…Por supuesto el resultado: TEST de EMBARAZO NEGATIVO. Sin
derramar ninguna lágrima, asumo mi derrota, y me digo, pues para otra vez será.
Ya sólo me queda que me llegue la regla.
Al día siguiente, noto la barriga
hinchada, y me pregunté si me estaba pasando con la vida “tranquila”, pero le
echo la culpa a la Progesterona. Me está engordando.
Pasan 2 días y la regla no viene.
Claro que con la Progesterona, hay veces que la retrasa.
Decido hacerme otro test de
embarazo a los 11 días post transferencia, y….veo la raya de control que sale
rapidísima y de repente miro que está apareciendo una raya muy muy tenue en el
lado izquierdo del test….no me lo podía creer….esto no puede ser….¿esto es
POSITIVO?, se veía muy muy claro. Aquí os adjunto la foto. Muestro 4 test, uno
me lo hice el día 11 post transferencia, otro el 12, 13 y por último el 14 (el
mismo día de la Beta). Son tan claros que no estaba del todo convencida que
fuera positivo….
Se lo enseño a mi marido con toda
la razón me dice: Vamos a esperarnos a la BETA, no nos hagamos
ilusiones….aunque la verdad que algo de ilusiones sí que teníamos….no lo
habíamos visto así desde que tuve el embarazo ectópico…..miedo me da de que se
vuelva a repetir la historia…
Pues a partir del primer test
echo un poco más cuenta a mi cuerpo e intento ver los síntomas durante la Beta
espera, esos que tanto preguntamos…
Pues los míos claramente fueron:
1.- Como siempre, los pechos
hinchados, aunque siempre te queda la duda que sea la progesterona los que te
provoque ese hinchazón.
2.- Nunca vivido: barriga
hinchada, como si estuviera llena de gases, y muy dura. De hecho los pantalones
que me quedaban por el ombligo me molestaban un poco. A usar leggings.
3.- Algún que otro mareo, pero
sin importancia. Si no echara cuenta a mi cuerpo, no me hubiera dado cuenta,
pero como estaba receptiva con todo…
Y NADA MÁS
9 de Diciembre de 2016: Día de la
Beta: Llego al maternal a las 8 de la mañana para sacarme sangre, pero hasta
las 12 no te dan los resultado…4 horas eternas…intento entretenerme como puedo.
Me voy a hacer gestiones al banco, desayuno, y poco más…
Subo a consulta sobre las 11 y 30
y allí me encuentro con algunas que punzaron y el mismo día que yo. Me pasa el
tiempo hablando con ellas. La sensación que teníamos mi marido y yo era como si
estuviéramos esperando la nota de un exámen de la facultad, ¡qué nervios!.
12 y 30 Suena mi nombre. Entro en
la consulta. La enfermera me pregunta si me ha venido la regla…Asustada le
contesto que no…pienso que me ha hecho esa pregunta porque la Beta ha salido
negativa. Me pregunta qué síntomas tengo. Le contesto que me noto la barriga
hinchada y también los pechos…se queda callada, pero como nos vio la cara de
preocupación nos contestó: “son buenos síntomas”. Llegó el ginecólogo, saca el
papel de la funda donde estaba archivado mi historial y me dice mirando el informe de la analítica: ¡¡¡¡¡¡ESTÁ USTED EMBARAZADA!!!!! La beta me había dado 299,3. (mayor a 5 es BETA Positiva).
Se me saltan las lágrimas, pero
no me lo creo, no puede ser verdad, 5 años luchando y ahora por fin ¿ya me
toca?, estoy acostumbrada a desengaños, a sufrir, y esta noticia al ser un
motivo de gran alegría no era capaz de disfrutarlo…no puede ser verdad, no
puede ser todo tan bonito.
La enfermera me da la enhorabuena
y me dice que hasta el próximo 30 de Diciembre no me hace ecografía. Que a día
de hoy el saquito es muy pequeño y que no se vería nada…Me entra miedo en el
cuerpo. Recuerdo el ectópico. Se lo digo, y me contestan que aunque fuera un
embarazo fuera del útero tampoco se vería…¡que miedo! Estoy por un lado feliz,
pero por el otro muy intranquila, sin saber qué estará pasando dentro de mi
cuerpo…¿será verdad que mi o mis niños están conmigo? Por favor, no dejadme,
seguid dentro mía 9 meses, no me abandonéis….
En este proceso he decidido no
decírselo a mi familia hasta que tenga algo más fiable. Quiero evitarles una
preocupación. He decidido que hasta que escuche el corazón no les voy a decir
nada….el único problema es que llegan las Navidades….y ¿cómo me voy a aguantar
en estas reuniones?
Intentaré repetirme la Beta con
mi compañía privada, y si me da una buena cifra, quien sabe, puede que les de
una alegría….ojalá siga todo.
No hay que perder la esperanza.
Hay que proponerse el objetivo, pero sin fecha específica, porque eso es lo que
más agobia, el ver cómo van pasando los años y tu alrededor no tienen problemas
para concebir, cada vez hay más personas en tu entorno con niños e incluso
aquellos que ya tuvieron el primero, se quedan embarazados del segundo…. y yo
cada vez más mayor…
Consejo difícil de seguir, pero
hay que intentarlo: NO PONERSE FECHAS, TODO LLEGA. HAY QUE SABER ESPERAR y por
supuesto, NO PERDER LA ESPERANZA.
Estoy escribiendo este post y
todavía no tengo la ilusión completa. No tengo el cosquilleo en el estómago
diciendo que estoy embarazada. He sufrido tanto que mi cabeza no es capaz de hacerse
ilusiones por el miedo que he pasado durante todo este tiempo. Creo que hasta
que no escuche el coranzocito o los corazoncitos no me lo voy a terminar de
creer.
Holaaaa estoy deseando saber que pasó siguió el embarazo ??? Lo tuviste estoy deseando saber tu historia
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHOLA, te he leído con un nudo en la garganta en todo momento, espero que nos puedas decir si todo ha salido bien...
ResponderEliminarQue pasó??????
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